Quién espera, desespera.

Esperar no se trata de eso. No se trata de quedarse sentada en una silla, oyendo como el tic-tac del reloj te atrapa. Mirar su foto cada 2x3 antes de dormir, para calmar tu mente. No es quedarse perpleja ante la ventana, esperando verle pasar caminando por la calle para alegrarte el día. No se trata de quedarse en el mismo sitio de siempre, no tener vida hasta que vuelva. Tampoco es maldecir al tiempo por no estar con él. Esperar. Esperar es estar con él, ser su amiga, por mucho que cueste. Dejarle hacer su vida, con o sin la niña que él ama. Te dolerá, pero basta con que sea feliz. Te basta. Esperar es ayudarle con su novia, aunque no quieras, es estar ahí cuando el llora por ella. Se trata de que aunque los caminos se separasen, hacer todo lo posible o incluso lo imposible por volverlos a juntarlos. Es amarlo en silencio. Aún sabiendo que tu corazón esta gritando. Esperar, esperar es esperar a que él sienta lo mismo que tú, aunque sabes que nunca va a pasar, entonces, no te queda mas remedio que morir amando mientras la espera se hizo tan larga para tí y tan corta para él.